5. El Border Collie es el perro más inteligente
De acuerdo a un estudio científico realizado en 2009 y a cargo de Stanley Coren, neuropsicólogo y profesor de psicología de la University of British Columbia, la inteligencia de los perros se puede comparar perfectamente con la de un niño de 2 años, ya que son equivalentes. Además, en el mismo estudio indica que la raza Border Collie tiene los ejemplares más inteligentes de esta especie, con algunos que hasta pueden entender e interpretar hasta 200 palabras diferentes.
Las 5 razas de perros más inteligentes son la de los caniches, los pastores alemanes, los golden retriever y los doberman. Por otro lado, tenemos a los perros de caza como los bulldogs y a los perros pequeños de tipo beagle (la raza de Snoopy), los cuales serían los menos iluminados, los muchachitos más lentos de la clase. El doctor Coren explica que mucho tiene que ver en esto el hecho de que antiguamente, los perros fueron domesticados y entrenados especialmente para la caza y la guerra, pero que más hacia nuestros días, se los entrenó para el compañerismo y la sociabilidad, lo que les da la posibilidad de hacer más sofiticado y desarrollados sus cerebros.
4. Son los mamíferos con más diversidad del mundo
Se estima que en nuestros días, la población mundial de esta fascinante subespecie de los lobos supera los 400 millones y desde un chihuahua del tamaño de una taza de té a un gigante gran danés o a un hermoso siberiano, la variedad de razas de perro es tan amplia y variada como la de ningún otro mamífero en la Tierra. Esa variedad en pelaje, tamaño, estructura ósea y funcionamiento, es realmente asombrosa, inspirando varias investigaciones y teorías.
En el año 2010, la revista científica The American Naturalist publicó un estudio en el cual se sostenía que dentro de la especie existen tantas diferencias entre las razas que perfectamente podríamos por ejemplo decir que el cráneo de un Collie es tan distinto al de un pequinés como el de un gato en comparación al de una morsa. Esta gran diversidad hace que los perros sean de gran utilidad para comprender más acerca de cómo funcionan los genes.
3. Pueden olfatear y contagiarse nuestras enfermedades
Siempre han existido muchos mitos acerca de las capacidades de nuestros queridos amigos en torno a su olfato y a sus capacidades para, de algún modo, darse cuenta de que algo en nosotros anda mal. Hoy sabemos que muchos de esos mitos son ciertos. Si tu estuvieras enfermo, tuvieras cáncer, epilepsia o diabetes, tu amigo de cuatro patas sería el primero en saberlo. Claro, ¿cómo? Aunque los científicos no saben la razón exacta, suponen que el sofisticado olfato de los perros está tan desarrollado que puede detectar incluso el extraño y débil aroma que se desprende de las células deterioradas, así como los cambios y las fluctuaciones del azúcar en la sangre.
El más increíble de los casos es el de algunos perros que hasta han podido detectar un ataque de epilepsia 45 minutos antes de que suceda. Todo esto fue observado en un estudio desarrollado por la Asociación Americana de Urología, junto a un grupo de doctores e investigadores en el hospital de Tenon, Paris. Donde se demostró como los perros eran capaces de detectar y reaccionar diferente frente a pacientes con cáncer de pulmón, de mama, de vejiga y de próstata, así como diabéticos con picos de azúcar en sangre y epilépticos a punto de una crisis. Además de todo, se sabe también que muchas de estas enfermedades pueden y suelen contagiarse al can: se diagnostican 6 millones de casos de cáncer en perros cada año y sólo en EEUU. Muchas otras enfermedades y trastornos también parecieran ser compartidos por el dueño y la mascota.
2. Sienten envidia, aunque no pueden sentir culpa
La envidia y la culpa suenan como algo demasiado sucio si hablamos de cánidos, suena demasiado humano, sin embargo, un estudio publicado hace 5 años por la revista Proceedings, de la National Academy of Sciences, señaló que los perros pueden sentir envidia o bien algo muy similar. El estudio consistía en observar los comportamientos de los perros mientras se los recompensaba al realizar bien un truco. Así se pudo registrar que los perros que no recibían una recompensa se mostraban molestos, agitados, se rascaban insistentemente y hasta parecía que evitasen la mirada de aquellos que sí habían recibido recompensa. Además, si estaban solos, hacían el truco con mayor tranquilidad que si estaban en grupo. Diversas teorías se elaboraron al respecto, pero los investigadores se conformaron con resolver que al menos ahora sabemos que la envidia no es sólo una cuestión de los primates.
Pero lo que si no pueden sentir los perros es la culpa y cuando tu amigo peludo te mira con esos ojos de cachorrito mientras lo retas por romper el almohadón o tirar el bote de basura por decimoquinta vez consecutiva, hay cero culpa, él sólo está respondiendo a tu reproche. A diferencia de lo que sucede con la “envidia”, que más bien está relacionada con la competencia y el instinto natural del animal, la culpa sí es un invento puramente humano, que tiene que ver con la consciencia, lo que también nos hace buscar o interpretar erróneamente los gestos de muchas otras especies de animales, lo mismo que crea el falso mito de la culpa en los perros.
1. Nuestra amistad es más intensa de lo que crees
Al comienzo mencionamos que el hombre y el perro tuvieron una fuerte amistad que se remonta a más de 15.000 años, estimándose entre unos 14.000 y hasta 17.000 años. A lo largo de la historia, estos seres fueron considerados sagrados por diversas culturas, apareciendo en el folclore, las leyendas y la mitología de distintas civilizaciones antiguas. Por ejemplo, los embalsamadores del Antiguo Egipto representaban a muchos de sus dioses con cabeza de perro, en la mitología de la Antigua Grecia, el cancerbero (un perro gigante de 3 cabezas) figura como el insuperable guardián del inframundo, en el folclore del Imperio Maya se creía que el perro era el animal sagrado encargado de guiar el espíritu hacia el más allá y entre otros tantos, en Nepal, hasta hoy se celebra un día especial para perros, en el cual se honra a estos seres sagrados con collares de colores y enormes platos de comida.
Hoy, muchos de nosotros los consideramos como un miembro de la familia más y se ha demostrado científicamente que los perros tienen beneficios reales en nuestras vidas. Por ejemplo en la salud, sabiendo que quienes tienen perros en el hogar tienen mejores estados de salud, mejorando el funcionamiento cardíaco, siendo de gran ayuda en problemas de sociabilización y por supuesto, haciendo de todos nosotros personas más felices.